solo DAKAR.


Debían correr los primeros años de la década de los 80’s, sobre 1982, cuando mi adolescencia giraba en un solo sentido ,alrededor del Planeta Racing , alimentado este, por un embriagante aroma a MOTUL, y las largas jornadas que pasaba entonces, sobre mi pequeña BMX, emulando a mis ídolos del Racing.


Por esos días el Enduro, todavía conocido como T.T. (Todo Terreno) vivía lo que podríamos llamar una buena época. Y las modalidades “de campo” del mundo de la bicicleta (Trialsin y BMX) invadían el país a lo largo y ancho, de este, como pronto lo haría un amenazante brote de acné juvenil sobre mi careto.


Mientras llegaba el fin de semana, las lecturas de revistas del sector como Motoverde o Solomoto, por aquella época en formato de periódico… (Probablemente a causa de alguno de esos ciclos de crisis, los cuales yo era incapaz de percibir) se acumulaban sobre cualquier estantería en mi habitación, leídas y releídas una y otra vez.
Recuerdo perfectamente todavía hoy, la noche anterior a una carrera de BMX en la que no podía conciliar el sueño, como me lleve por delante todo el reportaje de las vivencias y peripecias en “Solo Moto 30” (versión en papel couche, de la publicación anteriormente mencionada) de Juan Porcar, testimonio de lujo, de esas primeras ediciones del Rally París Dakar.



El relato de Porcar, explicito en detalles y peripecias, como la de estar abandonado en paradero desconocido por la organización casi bien tres días, en no sabe ni dios, donde…. las imágenes de aquella OSSA 350c.c. con un deposito gigantesco como el que nunca antes había visto, (ni yo ni la mayoría de nosotros, para que engañarnos…) la sensación de algo que iba mas allá, que el puro Enduro, acabaron por agravar , mis dudas épicas, y a la vez absurdas propias de un adolescente en plena “etapa de los grandes ideales” ( Termino suavizado hoy por los psicólogos para denominar la “edad del pavo”.) A si pues a partir de ese día, la imagen de Hubert Auriol sobre su emblemática BMW, y la de Bob Haro, deberían compartir liderazgo en mi ranking de SuperRacingHeroes , a quienes emular sobre mi pequeña bici de 20”.


El Rally Paris Dakar, ya estaba aquí. Y había llegado hasta de nosotros, por la puerta trasera, lejos de vaticinarse como en lo que más tarde, se convertiría: El Rally aventura por excelencia.

Transcurría la década de los 80’s y cuando habíamos asumido ya la imagen de los depósitos como “mamuts” y las motos orladas con cientos de ingeniosos accesorios, convertidas en autenticas navajas suizas rodantes, las ediciones del Rally se sucedían en una rápida evolución tanto técnica como deportiva, año tras año.

Después vendrían las hombradas de nuestro máximo hombre/ enduro Carlos Mas, como antesala, de la época Jordi Arcarons, y todo un tropel de corredores privados y anónimos (los cuales no voy a caer en la tentación de mencionar, pues no quiero olvidar a nadie en el tintero) que movidos por la ilusión, la superación personal, y mil y una historias, a veces inconfesables, hicieron su propio Dakar, de forma anónima y paralela, lejos de las resonancias exitosas de los medios.


Un autentico tropel de apátridas de Enero, para los que la ingesta tradicional de las doce uvas de la suerte, lejos de cobrar su máximo sentido, puede convertir sus deseos, en un árido puñado de arena, en el momento menos pensado.

El paso de los años en acorde sintonía con la realidad política internacional de estos últimos tiempos, acabaría con el formato del Rally Paris Dakar, como lo habíamos conocido hasta el año 2008, sin pasar por alto en lo deportivo, las hazañas de Coma y Esteve en las primeras ediciones, del nuevo milenio.

Un año después y reconvertido en Rally Dakar, con la llegada de este a tierras de Sudamérica, la carrera traería consigo urgente una bocanada de aire fresco que se expandiría por Argentina, Chile, en un primer momento, incluyendo Perú y Bolivia en esta última edición 2012.

Y ha sido este nuevo formato, el que ha vuelto a hacer renacer en mi pequeños tics de mi adolescencia .El encaje en el sofá a pie de radiador, de ayer, ante los resúmenes televisivos, es hoy substituido por la atinosa mirada a la pantalla de mi ordenador, para seguir la carrera prácticamente en vivo y directo.

La exitosa participación de los Coma, Jordi Viladoms (conocedor de los mejores días del BMX aquí) , Farrés, o Barreda, y esa Dama de Arena llamada Laia Sanz, así como la de otros abonados al resto de categorías, entre ellos el ex endurero Pep Vila, me hacen volver a sentir, ese batiburrillo, de sensaciones Racing.


El sabor a Enduro, a medio camino, suplantado por el BMX, las primeras ediciones de la Baja Aragón, en 1983 o las primeras ediciones del Rally Kaktus (Baja Escorial 1983), (anterior a la llegada de las grandes bicicletas de Mountanbike) y cientos más de sensaciones, proyectadas desde aquellos primeros Dakars 80’s que me cautivaron para siempre, como el relato de Porcar, aquella noche de insomnio en plena “etapa de los grandes ideales”…que dicen ahora.

Manel Martínez